En 1981 se aprobó la primera Ley de Divorcio.
En 1982 y 1983 algunos que entonces estábamos con nuestra pasantía, e iniciándonos en el Turno de Oficio todavía nos acordamos de la avalancha de casos que aterrizaron en la mesa de nuestros despachos.
Antes de 1981, de la primera Ley de Divorcio, la única disolución posible del vínculo matrimonial era por muerte, declaración de fallecimiento o por nulidad eclesiástica,
Ésta última reservada a muy pocos: compleja, que no complicada, lenta; años podía durar un proceso de nulidad matrimonial y… muy , muy costosa)
Fue la entrada en vigor de la Ley 30/1981, de 7 de julio, la que volvió a permitir en España el divorcio como causa de disolución del matrimonio mediante la modificación del Código Civil.
La Ley 15/2005, de 8 de julio eliminó la separación como requisito previo indispensable para la obtención de una sentencia de divorcio.
Además ya no hacía falta alegar una causa para solicitar el divorcio o la separación, simplemente con el transcurso de tres meses desde la celebración del matrimonio ya se podía presentar demanda.
Demanda en la que no había que establecer causa, si no acreditar que el matrimonio había durado más de tres meses.
Esta ley estableció también que no sería necesario el transcurso del plazo de tres meses en caso de riesgo para la vida, la integridad física o moral y para la libertad e indemnidad sexual del cónyuge demandante o de los hijos.
Y por último la Ley de Jurisdicción Voluntaria 15/2015 de 2 de Julio dispuso que procesos de divorcio y separación en los que se dieran una serie de circunstancias fijadas en la propia Ley podrían ser tramitar ante Notario.
El Consejo General del Poder Judicial es el encargado de dar las estadísticas.
Los Divorcios y separaciones tramitados en España desde la promulgación de la Ley 1981 hasta el último ejercicio cerrado, el del 2020 arroja la cifra de 3.658.530.
Pero más relevante aun es este dato: Desde 1981 hasta el 2005 el número de separaciones matrimoniales era muy superior al número de Divorcios.
Ello ponía de manifiesto que la sociedad española era, por una serie de condicionantes sociales y sobretodo católicos, reacia a acudir al divorcio.
Y otro dato curioso: La comparación entre el número de matrimonios y de divorcios muestra cómo en 2020, por primera vez en este tramo histórico, los divorcios superaron a los matrimonios; hecho que puede también atribuirse a la pandemia.
